martes, 19 de diciembre de 2000

Sin querer

Y llegué en un esqueleto de verdades
para contarte las mentiras más maravillosas.

Y te envolví con un paño de felpa,
para suavizar tus dolores;
y lo enrosqué,
y lo ajusté...
y estabas tan confortable
que no advertí cuando dejaste de respirar.

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