martes, 22 de noviembre de 2011

Cercanos

y pensaba en esto que vos pensabas, de que el amor es una cuestión de tiempos y espacios oportunos... 
 
y a mi me gusta creer que el amor es parte del camino que nos trazamos nosotros mismos, como una forma de crecer mediante el compartir, como un medio para entender el sentido real del propio destino a través del impulso y la pausa que nos dá un otro, tan ajeno en sus semejanzas, tan familiar con sus diferencias. Entonces no queda más que preparar el terreno, aprender lo que haga falta mediante la prueba, el error, la búsqueda, la exploración, para llegar limpio de otros ecos ante esa persona que es, irremediablemente, el compañero de ruta que nos completa.

miércoles, 3 de agosto de 2011

El por qué de los Tsunami...


Anoche me encontraste en un sueño. Tenías otro rostro pero miraban tus ojos, vestías de otra forma pero eran tus brazos los que ceñían mi cintura, hablabas en otro idioma mientras me besaban tus labios. 
Cosas de Orfeo... eso de inventarse desconocidos como envase de los que realmente soñamos, engaño de tinte juguetón que no siempre nos es fácil desenmascarar. 
Pero esta vez no me costó. 
Reconocí tu aroma y al instante busqué tu piel. Pero no era la tibieza que recordaba ni la suavidad bajo mi boca la que se humedecía. Dudando me apreté más a esa figura para respirarla, para sentirla, pero se fue.
Y desperté en la habitación oscura, despejando las imágenes que se diluían. Respiré más fuerte para retenerte, para no perderte entre los sentidos dormidos que volvían a ese sitio donde ya no podía acceder. 
Enorme sorpresa la de entonces encontrarme envuelta por tu verdadera piel. Con tu rostro, tu desnudez, tu aroma, tu ser.

martes, 2 de agosto de 2011

Sonambula escucho los suspiros que persisten en mi piel.
Rechazo el estorbo intelectual y burdo del lenguaje, que apenas entiende 
y al cuerpo se le dá tan fácil gritar.
Pierdo interés en convencerme, acallarme, aturdirme con temores conocidos,
capaces de alejar todo lo pregnado de vos en este hoy...
 
Respiro. Sólo en eso me concentro.
Y en este latir en cámara lenta,
inspiro sueño
expirando paz.

lunes, 25 de julio de 2011

MP3

 Capullo tecnológico que envuelve de ritmo a los sentidos, cuando los músculos no pueden bailar -.

miércoles, 20 de julio de 2011

Celebro

A los que llenan bitácoras enteras, a los cuadernos de tapa dura, a las libretas de bolsillo, a las hojas sueltas, a las novelas largas, a los cuentos cortos y a los post-it subrayados con fluor... Felíz día y felíz vida!!!! 
Y a seguir compartiendo, vibrando, degustando de esta vida que cachetea y encandila, que remueve y alborota, pero que siempre nos intercepta con un otro, para ampliar nuestros cielos, colorearlos de matices y volar más alto.

lunes, 20 de junio de 2011

Con el tiempo en mi haber se me ha dado en comprender, que la frase: "Tenes que entenderme, yo soy así" es el peor uso ideológico que alguien puede tener.

lunes, 28 de febrero de 2011

Lejos de la tierra

Cuando era chica, no mas de un metro de alto, me gustaba hamacarme en el patio de mi casa; de esa casa que teníamos cuando era chica y que me acuerdo de a ratos de los ambientes, pero no la sabría dibujar ordenadamente en un plano. También de chica me gustaba ir a hamacarme a la plaza del barrio, que justamente quedaba en frente de esa casa, y me la acuerdo entera y la puedo dibujar cuando quiera.
La hamaca de mi casa era de madera con cuerdas gruesas. Las de la plaza, de madera pero con cadenas largas, y hacían un ruido que me daba miedo, pero al mismo tiempo me llenaba de ese tipo de emociones entre lindas y adrenalínicas. Me gustaba desafiarme, tratar de sin tocar el suelo hamacarme cada vez mas fuerte y sentir cómo se levantaba mi cola del asiento de una manera casi peligrosa. Un día de esos en que me desafiaba, me elevé demasiado y por un micro segundo o quizá tres, sentí lo que era despegar completamente del suelo. Completamente es ese sin control, porque no hay alas ni timones ni velas que ayuden a un cuerpo acostumbrado solamente a estar con los pies apoyados en el suelo. Ese día fue como cualquier otro para mi en esa época, cuando era de no mas de un metro de altura. Pero de alguna manera, de esas que tienen las cosas en hacernos conocer otras nuevas, creo que ese día me di cuenta que volar era mucho mas peligroso de lo que yo creía... y extremadamente más divertido también, claro.

lunes, 21 de febrero de 2011

Olfato

A veces pasa que soñando un aroma te despierta y al abrir los ojos toda la intensidad que aspirabas en sueños, se diluye entre la oscuridad de la habitación.
Por más que trates de retenerlo se va, se pierde, se escapa de nuevo a ese sitio donde sólo se accede con los sentidos dormidos, y quedás como perdido, entre las imágenes borrosas de un recuerdo que no existió, aunque el cuerpo te jure que acabás de vivir.

Los Maestros

Mis amigos. Las personas que están tan jodidas como yo, pero viven y palpitan ante todo. Esos son mis yodas. Nadie es más que otro, y todos son más siempre, en cada momento. ¿Acaso ese no es el secreto de la sabiduría? No ser sabio en todo, sino cuando se precisa, en ese momento justo, en el que tanto quien busca como quien da, acuerdan en una respuesta que convence mas que todo, porque toca esa fibra que quería vibrar en el preciso momento.

Pequeña Odisea Ilustrada

Cansado de ganar batallas ancestrales y combatir demonios religiosos, aflojó su armadura y tiró su espada. Pero el camino lo sorprendió a escasos metros con una jungla desprovista de almas amigas, donde participaría de la guerra más despiadada que sus jóvenes manos, ennegrecidas de barro, lágrimas y sangre, pudieran soportar. Con el peso de sus pasos pisándole el propio ánimo, llegó hasta la enorme embarcación que lo nombraría capitán para luego amotinarse en alta mar y arrojarlo por la borda. Pero ningún tiburón se atrevió a acercársele mientras descendía a las profundidades tenebrosas de un océano virgen, que poco a poco, entre criaturas tan espeluznantes como desconocidas, lo fue guiando hacia el mismísimo centro de la tierra.
Subsistiendo a pesar del hambre y las penurias climáticas, en una atmósfera enrarecida de fuego y hielo, divisó una brillante nave espacial y al instante supo que ella lo conduciría hacia su entrañable hogar...
Donde mamá le sirvió la merienda, le dio un beso en la cabeza y despeinó con una caricia su pelo mientras le decía, con tono serio “Basta de juegos en el patio, que ya es hora de hacer la tarea”.

domingo, 20 de febrero de 2011

Hormigas voladoras

Hoy vi a una hormiga haciendo parapente.
Mientras esperaba el bondi en una esquina de Libertador, la muy pancha se posicionaba con una hoja de un tamaño considerablemente enorme para su tamaño relativamente diminuto; firmemente agarrada a sus espaldas con sus antenas y patas, y al pasar los autos a toda velocidad y aprovechando que desprendían un fuerte viento que la remontaba por el aire, ella se mantenía planeando algunos microsegundos.
Al principio supuse que tenía problemas para volver a su hormiguero e intenté hacerle una barrera con la mochila para proteger su camino de la correntada. Pero no sirvió de mucho. La hormiga buscaba con ansias la orilla para seguir con su deporte de riesgo.
Al cabo de un par de largos minutos y siete vuelos completos, soltó finalmente la hoja y emprendió el camino de regreso a su casa.
Yo seguí esperando el bondi a orillas de Libertador, con el viento de autos a toda velocidad que arremolinaba mi pelo y deseando de reojo encontrar una hoja considerablemente inmensa para intentar imitarla.

jueves, 10 de febrero de 2011

Como el nene que pregunta los por qué constantemente para entender el mundo en el que se mueve... bueno, yo soy la nena que trata de entender a la gente entre la que se mueve preguntandoles sus por qué.

sábado, 5 de febrero de 2011

Cuando sueño...

Empiezo convencida que es una película para el Oscar, pero a la mitad veo la clase de espectador en que me convertí y no me quedan dudas que va directo a dvd.

viernes, 4 de febrero de 2011

Pequeños pasos

Uno, dos, tres y se detiene. Cuatro, cinco, seis, momento de respirar muy hondo. Siete, ocho, nueve la mano empuja la puerta indicándole que ya no hay vuelta atrás. Con los ojos cerrados y la lengua revuelta entre las muelas de leche llega el diez derecho y el once izquierdo para cruzar el umbral. Las paredes oscuras proyectan sombras gigantes a la luz de tantas velas. Los murmullos se unen hasta formar un colchón en el aire que entorpece los oídos opacando las mentes. Las flores exhalan su perfume adormeciendo los sentidos que claman un descanso. El frío de la sala es inversamente proporcional a la congoja de los presentes y al café que llevan en sus tazas. Doce, trece, catorce, quince, la madera lustrada devuelve el reflejo de su suspiro ciego con párpados apretados. Manos arriba aferradas al borde, puntas de pie y abrir los ojos de a poquito, porque el temor nunca es impaciente. Ella duerme pero no sueña. Las mejillas ya no son blandas para los besos por las mañanas, y sus labios llevan un color artificial que ensombrecería cada sonrisa fresca. Su cabello esta peinado demasiado prolijo para amortiguar abrazos. Y sus manos desnudas del esmalte rosa se avergüenzan pálidas de cada caricia. Sus orejas sin embargo son idénticas a las de siempre y todavía llevan los aritos en forma de margaritas que le compró con su regalo de cumpleaños. Un esfuerzo lo acerca hasta ellas y su ultima charla se convierte en promesa: - “Yo te voy a querer siempre aunque ya no seas igual que antes”. Ella duerme pero no sueña. Y sus oídos sordos ahora sonríen.

martes, 1 de febrero de 2011

Y entonces me dice “te quiero en mi vida” y yo sonrío porque un poco tenía ganas que fuera así. Y entonces le digo “vamos para allá o para casa” y con verguenza me toma la mano caminando para allá y yo lo sigo un poco aliviada. Entonces me dice “venía a ver qué me pasaba y me gusta lo que me pasa” y yo lo abrazo porque también me pasa que me sigue gustando. Y entonces espero a ver si amaga pero la noche se vuelve de nuevo larga y llena de palabras que no importan tanto como lo demás. Entonces le digo “me tomo el bondi, no?” dejando la interrogativa un poco camuflada pero abierta a su beso. Y él me abraza pero tiembla. Y yo pienso que no está bueno que dude en abrir las puertas que le dejo sin llave. Y entonces me besa, aunque creo que fui yo esta vez un poco la que besó primero y eso me da gracia. Entonces él sonríe porque un poco tenía ganas que fuera así. Y entonces le digo “pero besame bien si vas a besarme” y él duda, se retrae, da otro beso tímido, me aparta, lo piensa, me mira y entonces me dice “A ver, vení” y me besa como debería haberlo hecho después de su primera frase.
Y los dos sonreímos.

lunes, 31 de enero de 2011

¿Existe el olvido de piel? ¿El perdón de labios? ¿El pararrayo de recuerdos?
¿Cual es la fórmula correcta de resignificar un algo que provocó un todo?
Dejar morir una parte del amor brindado ¿no es a su vez mutilarse el amor propio?
Suelto tu risa, tus manos, tus pies, pero al vacío lo llena tu historia
y es en ella donde te encuentro y me conmuevo de nuevo con todo tu ser.

miércoles, 14 de julio de 2010

Nadie debería pedir permiso para ser...

Creo que ya va siendo hora de que la gente deje de pensar con el prejuicio religioso por delante y lo haga con los ojos de la realidad en la que viven. Entérense: Existe una sociedad que no salió de un libro de cuentos muy bonito llamado Biblia, en la que no habitan ciervos ni infieles, blasfemos ni santos, pecadores ni condenados; la habitan seres humanos, todos y cada uno con los mismos derechos que todos y cada uno, ni más ni menos. O acaso en esta era pueden seguir siendo tan soberbios como para creerse mejores o peores que el resto, respaldados en la palabra de un Dios que ni siquiera se dignó a ser el mismo para todos desde que el mundo es mundo y desde que las sociedades son sociedades. Guarden el dedo acusador para el espejo de cada mañana y la reflexión sobre sus propios actos. Guarden las santas escrituras como fábulas de buenas intenciones que cada quien interpreta como más le calza. Pero abran los ojos y observen cual es su verdadero mundo; que intentar detener lo que existe per se en la humanidad tildándolo de antinatura, es lo mismo que llevó a las aberraciones más grandes que nos preceden en la historia; casualmente en el nombre de la religión (cualquiera de ellas) siempre.

domingo, 6 de junio de 2010

En el medio de todo
Respiro.

Tos, sueño y hastío
Y la mente que no detiene y arrasa ecuaciones
Lógicas, supuestos, probables, futuros, ahora.
Sentir en carne viva la fragilidad de otro.
Orgullo en piel ante la nobleza de unos.
Saber la sangre mas fiel que nunca y la otra, patético recurso.
Mediar de nuevo. Mediar como siempre.
Sensatez y afecto.
Emoción templada.
Para que los oídos crean y los corazones descansen.
Los demás por sobre el resto, los demás por sobre mi.

Y acá, en el medio de todo
Respiro.

domingo, 16 de mayo de 2010

Si alguien que no conocés te regala flores...

La semana pasada me regalaron un ramo de flores. En la calle. Un desconocido. De la nada. Porque si.
Usó la frase “Me cautivaste con tu belleza” y ante todo debería aclarar que no uso desodorante Impulse.

Era tarde a la noche, iba cargada con equipo costoso de fotografía caminando hacia la parada del bondi unas 10 cuadras adelante, por una avenida comercial con los negocios cerrados y las veredas anchas casi vacías de otros transeúntes. De más está decir que mi ritmo era mas bien acelerado. No sólo por las ganas de llegar sana y salva a destino sino también por el frío endemoniado y el hambre resonando en mis costillas.
El desconocido apareció como un transeúnte esporádico más y me igualó el paso. Automáticamente aferré la enrome mochila bajo el brazo, por esos instintos que cualquier bicho de esta linda ciudad descubre que tiene ante determinadas situaciones de posible peligro inminente.
A los 10 segundos de ver que seguía al lado mío y sin dejar de pensar “si intenta afanarme le doy un golpe con el semejante trípode que llevo del otro coté” el muchacho en cuestión soltó un “tengo que darte estas flores”. Miré de reojo sin aflojar el paso ni el ritmo de hormiguita viajera corriendo formula uno y efectivamente llevaba en una mano un ramo; también noté que tenía apenas unos centímetros mas que mi altura, llevaba una camiseta de un equipo de futbol que deduje de velez o de uruguay para lo poco que sé de camisetas de futbol, y gorrita con visera por la que asomaba una cara de ojos rasgados cuasi orientales y amplia y perturbadora estática sonrisa. Mi respuesta automática con una amplia y desconfiada sonrisa fue “no, gracias”. Pero él, siguiéndome el paso siempre a la par, espetó un “Me cautivaste con tu belleza. Son para vos, por favor, aceptalas”.
Con mi mente implicada en la cada vez más afianzada teoría de que “este es el nuevo método de robo, uno me distrae y después hay dos más que se suman para afanarme” seguí con mi gentil pero firme respuesta de “gracias pero no, en serio, no”. Y él con el trabajo de cardio a pleno por el footing, insistíó con lo de “son por tu belleza, te las regalo, aceptalas”.
Un par de no gracias más de mi lado y un par de por favor más del suyo, hicieron que se las agarrara, pero que de ninguna manera detuviera mi caminata ni mis pensamientos paranoicos sobre como y donde iban a atacarme él y su pandilla de floristas chorros.
Sin embargo, porque de mamá y papá aprendí a ser siempre cortés con la gente hasta en las peores circunstancias, le dije “bueno, muchisimas gracias, chau” Y aceleré un poquito mas el paso.
Pero él no me siguió, me dijo “gracias a vos por tu belleza” y se fue para el otro lado volviendo las dos cuadras caminadas a mi lado.
A todo esto mi mente ya había elaborado una nueva deducción irrefutable “Me marcaron. Y ahora seguro que en la otra cuadra salen dos tipos para afanar a la tonta indefensa piba marcada con el ramo de flores por el inteligente criminal que dedujo mientras me hablaba, que tanto el trípode cómo mi tamaño no iban a significar mayor resistencia para el afano” Y así, con los ojos mirando cautelosamente hacia todos los lados posibles y mi peor cara de perro rabioso mirando a toda persona “posible criminal complotado” que se me cruzara, llegué hasta la parada. Me detuve en la larga fila del 60 y recién ahí me relajé. Miré el ramo de preciosas y coloridas flores con capullos. Y claro, sonreí.
No sólo por el sorpresivo gesto de cuento de hadas urbano que había acontecido, sino por la deducción filosófica de que en estos tiempos que vivimos, al romanticismo lo mata la cautela. Y también el cinismo, porque mi nueva teoría mental inmediata me aseguraba que “la semana que viene pasan la cámara oculta que me acaban de hacer, en algún programa pedorro de la tele“.

Minutos después, contándole a una amiga que me habían regalado flores de la nada en la calle un desconocido porque si, recibo el mejor de los comentarios: “Que lindo! Quién te dice por ahí la semana que viene ligas chocolates”.
 
Quien te dice.

miércoles, 7 de abril de 2010

Exhalo

Una burbuja. De unas horas nomás, de apenas un instante. Donde tu abrazo me contenga y tu amor, ese que no fue capaz para un nosotros, sea correcto para un rato.
Un respiro. Entre tanto vicio que absorbimos. En medio del mundo escombros que nos precede. Donde no haya formas ni razones ciertas. Donde las intenciones carezcan de sentido.
Si pudieras crearla conmigo. Si pudiéramos resguardarla de ambos. Y convertirla en algo nuestro, algo que abriga y recarga. Un amparo comedido. Un santuario sin tiempo.

Una burbuja para un respiro.

miércoles, 31 de marzo de 2010

De un momento a otro me encontré con este mundo en el que la gente es normal. Demasiado normal. Esa normalidad que asusta más que un cuento de terror en campamento nocturno a los 12 años.
No se trata solamente de trabajos de oficina con traje y reloj, una casa, un perro, un auto y el jardín. Me refiero a la norma en el vivir y en el pensar. Desde el sentido del humor a las charlas filosóficas. Desde las pasiones cotidianas hasta los sueños más inalcanzables.
Nada que destaque. Nada que resulte interesante de escuchar en serio. Con esa seriedad que dan las cosas que nos atrapan, sin importar si se está hablando de una idea revolucionaria o de cómo hacer  más rico el arroz con pollo.
Y puede que yo tenga algo de culpa en el querer ver lo profundo en lo bidimensional. Pero antes, incluso con eso, me era tan fácil encontrar lo distinto dentro de lo cotidiano. Lo atrayente, lo seductor, lo sugestivo. Esa especie de encantamiento en el pasarse horas hablando de nadas que significaban todo, para irse lleno de mucho más. Y ni siquiera era importante el de qué se hablaba, sino desde donde. Donde brillan los ojos y la pasión se convida y se contagia, donde los latidos se escuchan porque resuenan y no porque están siempre y es lo lógico.
Hoy percibo que hasta la cantidad de tiempo que se le brinda a una persona, ya de por si resulta agobiante para la gente normal. Como si estuvieran listos al zapping porque se aburren rápido de todos, de ellos mismos.
Pero no creo que sea sólo un problema de comunicación o falta de ella. Es el paquete que lo contiene lo que hace puro ruido a vacío. Con los escasos temas de su escasa vida como único contenido. Es que ya nadie juega a jugar porque si, y siempre hay cosas más serias o importantes de las que hablar que de las para disfrutar.
Y es que si últimamente en el mundo se mira plano, se vive plano y por ende se siente plano… no hay vetas, ni matices, ni perspectivas suficientes que den como resultado una curiosidad capaz de despertarse y mucho menos de sostenerse entre la otra gente. Esa que no se disfraza de distinta comprando actitudes y poses de videoclip para parecer más interesante. Ni se creen el discurso irrelevante de que ya no hay nada sorprendente en este mundo.
Esas que por suerte todavía se escapan de las normas buscando siempre ese no se qué de más sobre todo lo que hallan al paso.
Lástima que la gente normal esté colmando el mundo por todos lados.
Lástima que los que no, hayan aprendido a jugar tan bien a las escondidas.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Debe ser que de cierta manera que no logro notar hasta que es demasiado tarde, provoco en las personas una magnética necesidad de mi sin mi….

domingo, 14 de marzo de 2010

La mayoría de la gente que conozco me duele.
y la minoria me salva.

martes, 16 de febrero de 2010

Poka Tío!

A veces la oscuridad es mucho más poderosa que la justicia, y apaga con su voracidad incluso las mentes más iluminadas.

lunes, 15 de febrero de 2010

No digo que alguna vez nosotros si. Digo que si fuera un yo diferente, más costumbrista, menos hincha pelotas en las pasiones y las alas, por ahí puede que. O si estuviera más conectada con el deseo de estar porque si y menos con el de ser en serio siempre, podría ser. Digo que nunca y no por decir. Con esa franqueza que me abre y cierra caminos en personas desde que pude articular lo que siento. Y no es por escudo ante el miedo, ni por rebusque del pelo al huevo. Es por haber crecido conciente, ante palos y flores, piedras y espejos, sobre lo que soy y sobre lo que por más que intente no puedo.

jueves, 4 de febrero de 2010

Cronológicamente hablando...

Al principio me guiaba por las casas. Dependiendo donde había habitado, calculaba fácilmente el año aproximado del momento a recordar. Después, como para intentar algo más de precisión, sumé el dato de novio, pareja o circunstancia de estado emocional. Cosa que complejizó un poco más la ecuación ya que necesitaba indefectiblemente volver a combinar el lugar físico para saber el nombre del muchacho en cuestión.
Para acabar con esto, se me ocurrió unirle los trabajos que tuve. Pero el resultado fue una verdadera ensalada circunstancial, ya que entre la variedad de mudanzas, corazones rotos y amplitud de desempeños laborales, la regla de tres simple se fue derecho a la compuesta.
Fue en ese momento cuando intenté retomar la fuente de la suma con los dedos, pero sin querer se me colaban los ítems antes adquiridos, la fuerza de la costumbre supongo…
“Nací en el 77, preescolar a los 5, siete grados sin repetir + cinco de secundario, llego al ’94 donde empiezo la UBA ¿o fue en el 95? Porque cuando me puse de novia ya estaba cursando ¿o fue en las vacaciones? igual duré dos años, pero ya vivía sola y el alquiler también fue de dos años y me mudé después de separarme… cuando estaba a full con el segundo laburo, ese que tenía cuando retomé la carrera en el otro lado, que fue cuando conocí a Juan, pero igual fuimos amigos bastante antes de ponernos de novios… un año creo… fue unos meses antes de irme a vivir a Palermo, pero ya trabajaba en la revista nueva..."
En definitiva, después de varios intentos y fracasos, además de reconocer que la matemática y yo nunca nos llevamos bien, tengo que aceptar que mi línea cronológica dista mucho de ser tan clara y exacta como la del manual kapeluz.

Aunque si se parece mucho a los cuadros sinópticos indescifrables que hacía la profe de historia de 3er año. Que fue cuando vivíamos en la casa frente a la plaza, pero ya estaba haciendo teatro en el cultural, porque ahí conocí a Gaby, aunque antes nos mudamos al barrio donde trabajé de vendedora…

jueves, 7 de enero de 2010

La inteligencia es conocer sin terminar nunca de creer.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Despedida

El cielo te lloró desde temprano, empatándose con todos nosotros. Pero las gotas abrigaban al empapar, empatándose con tu forma de querernos.

martes, 22 de diciembre de 2009

Sobre citas y demases

A las 22:30 la histeria se fue. Asi, de igual modo en el que llegó cuando terminé de confirmar la cita para esa noche, media hora antes.
Saliendo del baño a las 23:30 y viendo que toda la ropa veraniega, cómoda y con la que me siento linda estaba durmiendo en el Laverap de la esquina, los nervios cuasi quinceañeros empezaron a trotar de fondo. ¡Cómo puede ser que toda la ropa se ensucie a la vez!
24:15 resolví de la mejor manera, pollera o jean, zapatos o zapatillas, zapatos ya fue, a sentirse alta una noche, pero nada muy muy ni tan tan. Y me relajé. Libro de Saramago estreno en mano, a pasar el tiempo que queda en modo Zen.
24:25 mensajito en el celu: "estoy en 15" y modo zen completamente activo y respondiendo de modo funcional.
24:40 timbre de calle y galope nervioso pasa por arriba de zen, se lo lleva puesto, cachetea a piba madura y vuelve a la cabeza niñita tonta que teme no saber comportarse en una circunstancia a la que está desacostumbrada.
Pero niñita toma aire, respira ondo, abre la puerta y sale mujer...

Menos mal.
Una noche muy amena, de hablar de viajes, aventuras, mundo y de conocer a un flaco interesante, divertido, atento y atractivo.

Final con besos en el coche, entre timidos y jocosos, entre exploradores y dulces. Hasta la próxima vez. Sonrisas. Saludos con la mano.
Entrar a casa y sentir que aflora la emoción. Esa de saber que no fue ni el mejor beso que recibí ni el peor que dí, que no hubieron chispasos multicolor ni sapos convirtiendose en principes. Pero hubo comienzo.
Y cuanta alegría queda en el cuerpo cuando se viven este tipo de sensaciones donde niña-mujer mujer-niña, se combinan para mostrar que ninguna esta tan lejos de la otra.

Menos mal.

Fragmentos

"A medias. Inocuo. Como si todo fuera cosa del destino y nada de tu obrar humano. Así te leo, así te veo, así me dolés más.
Te llevas todo lo que te di en limpio sin marcas crueles, sin daños permanentes, sin llagas que te quemen. Y me lo agradecés. Y debería sentir por eso una tranquilidad espiritual que refuerce la persona que soy capaz al amar.
Pero esto es en cambio lo que dejas. Lo que hay. Es mucho, mucho, mucho y tanto y profundo y visceral e implacable dolor.
Y claro que yo hoy no soy sólo eso. Por suerte también hay un balance en el mundo que se inclina en los más duros momentos a abrigar con otras luces. Pero nada repara ni quita ni tapa, porque en esta historia concluida que deja sus huellas, hubieron dos protagonistas. Y es o debería ser menester sólo de ellos, lograr que las huellas no sean clavos ni que los recuerdos sean idiotamente desvalorizados."

sábado, 19 de diciembre de 2009

Intelectuales y cuentos de hadas

- Universalmente hablando, nadie lleva la perfección en su nariz; pero si se trata de abrir paralelismos entre lo posible y lo que no, quizá pueda emitir opinión sin pecar de mentiroso. ¿No le parece Sr. Oso? - dijo el búho, algo rabioso.
- Pues de seguro no tengo ni el rabo, pero puedo mostrar interés, siempre que no le moleste a Ud. - susurró la comadreja.
- ¡Y yo levanto una queja!- gritó la rana sin patas, tratando de parecer quizá, algo más verde de lo habitual...

Los ojos de Clarita iban y venían por el libro de cuentos que cada viernes sin falta, alguno de los invitados le obsequiaba. De los brillantes y coloridos dibujos de animales a las grandes letras, incomprensibles jeroglíficos para sus cinco años. No le importaba demasiado que del otro lado de la mesa su madre no le prestara atención; sabía que cenar con esa gente tan rara, duraba mucho más rato que cualquier día normal, por eso no protestaba.

Entonces ella jugaba, mezclando lo que escuchaba, a que sabía leer. Y jamás entendió por qué las historias que se inventaba, nunca coincidían después a la hora de ir a la cama con las que mamá le contaba.

Let it Snow

¿A veces te pasará como a mi? ¿Eso de sentirte embargado de una tristeza melancólica por lo que fuimos y al mismo tiempo por lo que somos sin ser más nosotros dos?
¿A veces te pasará como a mi, Eso de saber que ya nada nos une pero mucho nos recuerda?

Saber que las personas que ocuparon tanta parte del alma, dejan un hueco lleno de recuerdos sin polvo, que abrazamos de vez en cuando para sentirnos más unidos a nosotros mismos y entendernos en el ahora, aceptarnos en la despedida, y darnos unas palmadas en la espalda “si, ya se, duele, pero vas bien”.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Definiciones

Ver: Usar los ojos en su totalidad. Accionar los sentidos que se conectan a la vista. Percepción, reflexión, saber preconcebido, sorpresa, intuición. Deducción mediante el conocimiento íntegro o parcial de cada aspecto involucrado. Desmentir.

Mentir: Ocultar, camuflar, evadir, maquillar. Casi siempre la mentira es un disfraz de algo más. Se miente porque no se quiere decir la verdad.

Verdad: Lo que es a pesar de cualquier buen disfraz.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Seres

Cada persona es un mundo
habitando el mismo mundo de muchas personas en su mundo
Así, ahora, como todo un puñado de pena que se derrama por dentro sin encontrar lugar fijo, me quedo quieta temiéndole al tiempo. Así sin vos, provocando buscar mi risa en la tuya, la piel con tus manos, mi paladar en tus besos.
¿Dónde coloco este cielo de trozos tan nuestros que hicieron uno y empeñado en cubrirnos nos sigue envolviendo?
La tierra persiste en sus giros, mi mundo subsiste en su orbita y vos, cómo atrapar tu figura sin abrazo al alcance de esta distancia de cuento.
Me muevo, me inquieto, persigo mis luces, mis soles, mis vientos.
Pero nada consuela este así, ahora, como todo un puñado de pena que se derrama por dentro sin encontrar lugar fijo. Que con furia reclama que te sigue queriendo.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Pienso que el amor puede ser un gran disparador para corregir las raíces torcidas que detienen nuestro crecimiento. Pero el trabajo de encontrarlas y el logro de volverles a dar su forma natural, son elementos individuales.
Aunque a veces se necesite mirar a través de otros ojos para advertirlas, o apoyarse en otros hombros para hacer palanca.

martes, 20 de octubre de 2009

Una trampa. De esas que encierran sin barrotes ni piedras frías. Pero una trampa al fin. De donde difícilmente se escapa porque difícilmente se busca huir.
No hay disfraz que oculten tus ojos cuando esquivan lo que ven hacia dentro.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Llega un momento en el que lo único que fastidia es todo lo que conocemos sobre nosotros mismos.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Y en tus ojos
el mundo brillaba incandescente
Mientras ella soñaba con calles de verdes y azules de cielos
Mientras él la adoraba con manos caricias y cuerpo escudo
Y qué si todo era pura quimera
Y qué si el todo era nada otro día
Sus ojos, su verde, su azul, su mundo, su luz
Lo colmaban más que cualquier intento empírico previo
deslumbrando cada asomo de sombra insolente de hoy

Y en sus ojos...
el mundo ardía de ganas inflamables.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Sin

A veces te espío la vida; retazos que dejas para compartir con otros, palabras que tiraste sobre baldosas flojas y empapan a quien las pise.
No te busco a vos, sino a tu sombra. Porque puede que detrás de ella, todavía se encuentre algo mío.

Melancolía volátil

Se humedecen porque si, porque todo, porque el tiempo tiene eso de no querer dejarnos nada más que el ahora, y todo un montón de ayeres para revivir sintiendo, doliendo. A veces más dulce, a veces menos. Pero qué dolor no es pena, cuando el alma se estruja o los ojos entonces, se humedecen. Y si, el pecho se llena de tibio, tibio del recuerdo de lo que antes era todo, de lo que antes significaba un presente. Ese presente de ayer, ese pasado del hoy que no esta más, que poco dejó de lo que soy ahora, y tantas raíces fundó sin embargo para hacerme. Se humedecen. Los ojos, el pecho, las manos, la mente. El cuerpo entero porque se estremece. Porque no quiere dejarse ir en este desgarro del saber. Conocimiento certero, profundo, sincero, de que ya no hay un hoy como aquel. Y tampoco está mal, no esta mal porque nada es lo que ayer. Y el hoy es maravilloso. Pero duele. En ese grado, granito quizá de arroz, de sentir, de pesar, donde se extraña lo que ya no hay detrás de la puerta para ir a jugar. Ni de esos ojos, ni de esas manos, ni de esa risa que eran carcajadas, ni de esa mente, que era brillo, que era luz, que era alma. Y no era sola, eran dos. Dos, tres, cuatro, mil. Conviviendo en ese ayer, que ya no es hoy, que duele bien.
Temían mirarse, por encontrar que ambos ya se habían ido.
No nos unía lo afín.
Ni siquiera el sinfín de abismos intermedios.
Quizá un poco, y sólo un ápice, ese presente de deseoso acontecer mutuo.
De algún modo sabíamos que separarnos eran meros tecnicismos; que la distancia real entre el no estar juntos al dejar de pertenecernos, no se aplicaba a nuestra naturaleza irrompible.
De algún modo sentíamos que cualquier hasta nunca subtitulaba un siempre, y que toda certeza generaría futuras dudas.
De algún modo supimos, que la tortura de todo ello seria nuestro eterno consuelo.

Cuento de Hadas

Hay un lugar, donde el mar juega a ser cielo y el cielo juega a ser mar.
A veces se olvidan que es un juego, pero nunca dejan de jugar.
Si no dejás ver; más que mentiras disfrazadas de tus miedos, más que vicios de otras voces en tu léxico, o espejismos de la fuerza de tus sueños. Entonces vos nos quebrás. Y yo me alejo.

Oz

Al cabo de unas horas la niña lo comprendió:
debería hallar su valor, dentro de un cerebro sin corazón.
A veces se me da por pensar que la gente perdió el talento de intentar conocerse; de mirar directamente al fondo de los ojos sin perderse en el colorido de las pupilas, ni aturdirse con el reflejo de uno mismo frente al espejado contorno.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Paternal

Es sentir ese miedo de que entonces, sin pensar, la insolencia salga de esta boca que te mira con tristeza, que pide que basta, que no, que ya está. Mirando la tuya que sigue vomitando crítica, desaprobación, enfado; sin sentido, justicia, prudencia, lealtad.
Y los ojos. Ven directo desde el filo que da el poder, sangre, vida, crianza, guía. Todo sobre todo, sobre mi, sobre vos, nosotros. Y esto de ser un hijo amando a un padre que a su vez cuestiona. Y esto de ser un padre amando a un hijo que no logra entender. Como sólo se puede amar a un hijo. Como sólo se puede amar a un padre. Sin esa barrera del ser por ser, mostrar por mostrar, querer por querer. Respeto. Insolente pretexto para ambos en este mar revuelto de tanta vida y tanto ser; sernos; vernos sin ver.
Duele, donde todo esto duele. Dolor visceral carente de tacto. Dolor repetido. Malestar real. Y un sinfín que ya no busca cola ni cabeza. Que ya no busca enlaces ni lazos. Está. Por estar nomás. Girando entre memorias y anhelos. Volcando su molestia en un cuerpo intoxicado de pasado, que quiere respirar sin herir, sin partir, sin dejar atrás. Que quiere respirar.

lunes, 20 de octubre de 2008

La muerte como una tragedia. Como una imagen impactante. Como una realidad siniestra. La muerte como una lejanía de recuerdos vívidos sin gramo de sentimiento. Rechazo hacia lo burdo de una vida que se antojó burda incluso en la muerte. Y un ciclo. Un cerrar algo que esta latiendo, que estuvo latente, que ya no late. Sensación de despojo de algo que no se siente como propio en ningún punto, bajo ninguna apariencia, pero está. Y algo más está, esa lista de otros que pasaron ya, sin dejo burdo ni falso sentir, que transmiten aun hoy el dolor de su ausencia, la necesidad del tiempo insuficiente. Quizá en otro lado, al otro lado, por otro lado. Quizá en ese otro lugar, la tragedia sea como la muerte.

martes, 19 de febrero de 2008

Dolor de cuerpo. Un poco de alma. Un poco de sueños.
Incertidumbre.
Otra vez la raíz gitana tomando mi vida; esta vez en sala de espera, a unos pasos de acá, de allá, de ese lugar tan mío y tan de prestado. Herencia con vencimiento sin fecha establecida.
Mientras, juego: armo y desarmo al gusto al encuentro.

sábado, 29 de diciembre de 2007

Necesito que me armes, desarmes, me leas, me enseñes, me prendas, aprendas, enciendas.Que no pienses, te vueles, te sueltes, aprietes, arrases, contengas, alejes, retengas.Que te armes, desarmes, emprendas, desprendas, cautives, persistas, resistas, resuelvas.Que me pienses, te muestres, me eleves, te veas, me guíes, te entregues, me ames, te creas.Necesito que te arme, desarme, te lea, te enseñe, te aprenda, encienda, resuelva, me crea.

jueves, 20 de diciembre de 2007

¿Verdad que si?

Para encontrarse uno mismo, a veces
no hace falta más que reencontrarse con alguien más.

Letras ser

Alguien muy lindo me dijo hace poco que alguien anunció una vez, que cuando uno escribe es tan uno que no miente. Creo que estoy de acuerdo un poco, y otro poco creo también, que cuando uno escribe miente de una manera tan maravillosa, que lo único que queda tras cada palabra, es la verdad de quien es.
Somos como nenes queriendo decir la verdad, diciendo mentiras por la mitad.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Confesiones de un alma vieja...

Que quede claro:
La vida no da tregua. Pero tampoco tiene la culpa de todo.
Odio los destiempos. Porque indican que el prepararse ante las cosas por venir, es tarea inútil.
Por otro lado, me encanta comprobar esa afirmación cual mantra de vida;
por lo que el odio no es tal, y quizá se vuelva hasta especie de orgullo conocer "ese" secreto, que sabemos unos pocos respecto al mundo y sus normas.

Mi vida en especial, es una inescrupulosa y enrulada montaña rusa.
Así de primera lectura queda fascinante, hasta suena a titulo de best seller.
Pero desde acá dentro no siempre se siente como debería.
Y ojo, que sé muy bien QUÉ debería. Alegrarme de estos anti-llanos, estos contra-lineales, cero chatura; de estas ofrendas de emociones fuertes, que demuestran que la sangre existe en el cuerpo para hacerse valer, fluir, bullir. ¿Y sino para qué?

Pero que también quede claro:
A veces me gustaría que todo ese todo de ese todo que me envuelve a cada hora, sin dar chance de nada más que de seguir el camino de las losas amarillas o perseguir conejos blancos con relojes de bolsillo, fueran atrapados por un abrazo ajeno con aroma familiar y así, susurrándole canciones de cuna, fuera puesto a dormir en un rellano tibio, desbordante de la seguridad que sólo dan los ojos
cuando miran humedecidos desde el pecho hacia fuera.
Intento
devolverle el color a tus pies
arrancarle sabor a tus ojos
agitar la locura en tus manos
perseguir un sonido en tu ombligo

Resistes
aflojando baldosas que pisas
esquivando mirar lo furtivo
mezquinando rozar lo prohibido
ocultando placeres innatos

Cedemos
colorear donde no caminemos
observarnos en ojos ajenos
abrazarnos en sueños perpetuos
y emerger
donde nos lleve el viento

Par

Te conozco y sin embargo, me pierdo con frecuencia entre tus huracanes, que inevitablemente desatan lluvias en mi cuerpo.
Llego a tocar como nadie, ese sol de brillo en tus ojos, ese claro de luz en tu mirar; y sin embargo tan fácil como precisa, tu oscuridad te ciega y yo tropiezo obstáculos filosos.
Cuando estás, te siento en cada partícula que inspiro, con una entereza que desborda cada partícula que exhalo. Pero te vas de vos y así, te llevás para nadie todo el aire a respirar.
Y creo, veo, sueño. Futuro de un porvenir inmenso; pesadilla de un vaivén sin fin.
Y espero, rezo, juego. A imaginarte sin espinas en la piel, para no sangrar al abrazarte.
Te conozco tanto y sin embargo, me desvelo con frecuencia por tu encantadora complicidad que construye memorias proyectadas, y tu arisca soledad que a empujones y patadas, rechaza como reclama eterna compañía.

Dos

Comenzó, como todo vínculo debería hacerlo. Con un suave, muy suave acercamiento, provocadora seguridad en ambos, complicidad y entrega.
Sus ojos se miraban sin verse, lo importante era dejar soltar las mentes. Manos enlazadas, torsos atentos latentes, cinturas jugando a estremecerse, y piernas que sin tener opción les obedecen.
El primer abrazo fue algo tímido. El segundo fue de ambos el preciso. Él marcaba el ritmo, ella adornaba el camino. Y sus pies hablaban igual idioma, aunque a volumen diferido.
La primera caricia fue de mejillas. El primer enlace entre rodillas. La piel jugaba al vai-ven constante, del irse y volver, partir y rozarse.
Él se perdía en sus tiempos. Ella se enredaba en sus vueltas. Y los sentidos libres de pretextos, se enviciaron sin remedio del sabor de lo complejo.
Concluyó, como todo vínculo debería hacerlo. Con un suspiro lento, muy lento acabado en sonrisa, y el mudo agradecimiento entre ambos, por la desbordante intensidad vivida.

Cuando llueve adentro

Ella lo abraza, lo enlaza, lo inquieta con palabras crudas, con su cuerpo invisible de mudas, con su talento en sonreír desnuda. El moja de sombras sus párpados entreabiertos, desde afuera y hacia adentro, con imágenes abismales de los sueños que avergüenzan, que entorpecen y adormecen los destinos sin sentido, los amores, los olvidos, los inviernos ya podridos. El oxigeno le escapa en oraciones monocordes, subtítulos pastosos de un idioma uniforme, suspiros hirientes ante el silencio omnipresente. Las arrugas se remueven , se inquietan, se detienen, se humedecen, se adormecen hasta que la tela vence. Y con un quejido que ruge, desde un alma que sufre, se incorpora, se despierta, abre los ojos alerta, y en los instantes que piensa a su pesadilla dispersa encuentra el vacío a su lado, imperante, tajante, precario ante su anhelo, pedante en su desvelo. La tristeza lo enmudece, la penumbra lo enfurece, las lagrimas lo entorpecen y su cabeza cae pesada sobre plumas enfundadas. La oscuridad lo conmociona, las imágenes lo abandonan, sus pupilas se someten mientras su mente le miente. Y Ella lo abraza, lo enlaza, lo inquieta con palabras crudas...

miércoles, 19 de septiembre de 2007

La felicidad tenía que ser más cercana a este cielo negro salpicado en destellos. A este vaivén de cuerpo reposado, entregado al placer de dejarse llevar. Al respirar sereno del alma hermana durmiendo al lado.
La felicidad tenía que ser próxima a este gusto a ruta de campo, a vista nocturna, a música en los oídos - capullo tecnológico que envuelve de ritmo a los sentidos, cuando los músculos no pueden bailar -.
La felicidad tenía que parecerse a esta pacífica revolución en el pecho, trayéndote de a ratos para conmoverme con tu lejana cercanía.
Tenía que ser algo como esto de preferir sonreír a dormir, y que los sueños llegaran cuando quisieran, que siendo lo que son, serán siempre puntuales.

miércoles, 20 de diciembre de 2006

Justa reprimenda

Las cosas son mucho más fáciles. Mucho más que este despertar de angustia, o este dormir tragando humedad por lágrimas. La profundidad no está en el grado de penumbras que habite la mente, ni en la densidad de sombras que llene cada instante a vivir. Si las cosas pueden ser maravillosas no es por desatino, como la fatalidad tampoco es mérito del destino.
Lo que está roto se arregla, y los pedazos astillados se inventan. Lo que esté perdido se encuentra, y donde escasee memoria se sueña.
Que dar pasos atrás por miedo a caminar deprisa, no es instinto de humano precavido, es cobardía por temor a las caídas.

Las cosas son mucho, mucho más fáciles. Más que este pesar constante por entender la culpa de otros, o este reír a medias por la gracia divina. Lo que se quiere se corre hasta que se alcanza, y si no se llega se buscan maneras, que siempre hay de sobra como colores y penas.
Lo que se ama se cuida, no a veces ni de a ratos; siempre y como sea.
Que mentir por no lastimar es igual de hipócrita que hacer sufrir por honor a la verdad.
Y que violar la ley de uno, es ofrecer cadena perpetua al alma de todo lo que nos rodea.
Señales, llamados, gritos
Todo infiere en este universo que nos unió
por el placer de vernos separados

no somos los mismos, casi si, casi no

Matices para un encuentro

Poder mirarte así, con la sonrisa latiendo en todo el cuerpo
con el placer de ver sin nebulosas en los parpados
ni armaduras en la sangre.

Respirarte liviano, tibio, cotidiano
Aspirando de rincón a molécula de este hoy soleado
Exhalando el peso que voló con la segunda tormenta
Después de tu cuerpo, tu infierno, tu mente
Y tantas otras vidas, cenizas,
cambio de pieles.

martes, 19 de diciembre de 2006

Vuelos

Anoche soñe que volaba.
No fue un sueño en esos que uno flota por el aire un día de soles brillantes y nubes esponjosas para despertar abruptamente cuando esta a punto de colapsar contra la vereda.
Fue algo mas cinematográfico, como todos los sueños que me deleitan al punto de no querer despertar. Esta vez podría definirlo en el género de "acción-fantástico-shaolin-animé-japones"; claro, si dicho genero existiera seria mas facil de entender, pero nada resulta facil en materia somnolienta.
No fue tanto la increible sensación de enfrentarme a un cielo infinito de una especie de Tokio nocturno desde un piso 45, sino la poderosa habilidad de además poder hacer volar a cientos de personas con sólo desearlo. La imagen convidada de emociones diversas al estar volando, cayendo, flotando, y arrastrar con el poder invisible de mis manos y una fuerza inconmensurable de intención controlada a cien personas desconocidas con una causa en comun en un viaje por el cielo repleto de luces y colores, no tiene comparación posible con nada vivido o soñado hasta el momento. Claro que había una historia, nunca soy de soñar por el simple hecho de pasar el rato que me toca estar en posición horizontal; una historia de acción, aventuras, con toques de alto riesgo y escenas románticas que me fascinaron tanto como el vuelo mismo; pero para qué aburrir con detalles cuando las sensaciones fueron las verdaderas estrellas del sueño.
Anoche soñé que volaba. Y como decía, no fue un simple flotar hasta estrellarme y despertar antes del impacto. Fue saborear la libertad en cada centímetro de piel.
Anoche soñé y hoy todavía vuelo.

Ocurrió una vez...

... que a Laila le costaba el tiempo. Los relojes universales se empeñaban en alejarla de las letras y sus tonos ensoñadores, que tan bien le hacen al ser. Entonces apareció Jack D'Ar, quien apiadándose o sencillamente por su avidéz de usurpar lo que los dedos ajenos suelen callar, le propuso el juego que comenzaría con una palabra.
Entre tantas que lloviznan por la noche en su fémina cabeza, ella escribió "Pelopincho". Entonces surgió de la gallarda poética del muchacho de capa y galera, la primera frase...
Y así Jack D'Ar y Laila, dieron vida a esta pequeñez sin rumbo que hoy se digna hacerse presente, por el mero placer de lo exquisito de los cadáveres, cuando se funden en un aterciopelado algo.


"Pelopincho"

Hay un lugar que se abre de aguas en tus pieles
un rincón donde las sombras juegan húmedas en tus supiros
y suspiro y agua se matan en armonías.

Ondas, olas, remolinos de cinturas y brazos adormecidos
¿qué mirás? ¿qué cosas ven tus ojos en mi ceguera?
¿silencios de noches sin viento?
¿helados amaneceres mudos de sol?

la ausencia nos come la carne, tu mano, algo queda
y en la oscuridad de mi escrito sobrevienes...
hay algo que cruza tu mirada
agua de mar sin sal...
horizontes de años sin vida...
pesadez de espíritus sin vuelos...

mientes con toda la fuerza que tienes,
eres el temor de los mares hecho llovizna
¿Acaso soy yo el guardián de mi sangre?
Soy, y con eso ya no basta.
Para unos ojos oxidados,
una escupida de lágrimas
Para unos labios comedidos,
este beso de soslayo
A perezosas caricias,
piel cubierta con espinas
A los oír huecos,
mil silencios con acústica
Por suspiros con desgano,
hielo seco de latidos,
Por respiros de fastidio,
un reflejo de lamento
A tu mentira de vida
un bostezo y luego un “si,
también te quiero”.

nitantú nitanmí

Estando así,
tan quedo de mi
tan vicio de ti
templando vidas para vibrar mundos,
puliendo realidades para brillar sueños.
Estando aquí,
tan falto de mi
tan sombra de ti
suavizando gritos para lograr gemidos,
desafiando intentos para merecer aplausos.
Estando allí,
tan lleno de mi
tan vano de ti
ni tu ni yo seremos dos
ni yo ni tu seremos uno.

El Desamparo

El gato negro saltó de la ventana. Adiós cautiverio. Bienvenida la independencia. Siempre caen parados, pero esta vez iba a zambullirse en un canal frío de un Londres somnoliento. Sus últimos pensamientos fueron mudos, felinos, indescifrables para una mente opaca como la humana.
El tren de medianoche atravesó el Támesis con su cantata de los diablos a cuestas y su imagen reflejándose en el río cual caleidoscopio borroso. Un cigarrillo aun encendido cayó en el agua interrumpiendo el espejo, y la máscara cruda del invierno se posó por un instante en su rostro, que exhalaba en humo el último suspiro de nicotina. Bajó las solapas de su saco y se acercó a la orilla. Los adoquines absorbieron sus sombras; siete extrañas desapariciones, siete pasos hasta el borde y un salto desde el puente. Adiós cautiverio. Bienvenida la muerte. Sus últimos pensamientos fueron mudos, felinos, indescifrables para una mente opaca como la humana.
El viento sopló mas fuerte anunciando su presencia. El que susurra en las tinieblas, el que todos temen cuando temen, el que todos viven una vez y algunos desafortunados toda una vida, subió las solapas de su saco para seguir su recorrido en busca de nuevas almas desesperadas.

El Deseo

Desde aquí inspiro tu aliento, me consumo en el polo magnético de tus ojos abismales, en la estrella opaca de tus pupilas dilatadas, que me convocan con sincronización simbiótica entre tu naturaleza animal y tus pudores de inocente infante.
Desde allí sólo expiras tierra bajo tus pies, anhelando el abrazo halado hasta mi centro tibio que en tu sangre hierve cual salamandra voraz.
Sabes que soy lo que me pides a gritos mudos en la humedad de tus sentidos; sediento bebes el almíbar de mi voz; insaciable creas sueños rotos de desvergüenza en la prolongación de tu garganta árida.
Sabes que soy especialista en la materia de tus vicios enterrados en las profundidades de tu sordera.
Sabes, aunque no me veas, aunque no creas en mi, aunque adjudiques tu lujuria febril sólo a tus impulsos internos, que existo, que soy, que obedeces y aunque luego te desmayes en lágrimas, siempre agradeces.

Pecados selectivos

Corría el año 1408. En el pueblo blanco las ceremonias religiosas ya no eran un culto secreto. Ante Dios y en su nombre, los mas pavorosos crímenes se sucedían como los días a las noches.
Ninguno de sus habitantes dudaba, ninguno contradecía la orden, ninguno anteponía sus razones a sus deberes... o eso creían.

El signo amarillo fue el primer indicio del espectáculo infernal. Cada puerta, cada ventana, cada entrada o salida amaneció con una franja viscosa del color de Febo.
De nada sirvieron las asambleas, ni los celosos interrogatorios, ni las guardias nocturnas. Siete días después, la niebla de la madrugada no fue velo suficiente, para las manos inertes de cada niño hallado muerto por sus padres y sirvientes.
El cementerio se llenó de vírgenes tumbas, de desgarrados gritos maternales, de quebradas lágrimas generales, de furiosos rostros impotentes.
De nada sirvieron las pesquisas, ni los allanamientos sorpresa, ni las torturas secretas.
Cinco días más tarde, ningún animal despertó con su cabeza en su cuello. Ningún alimento perduró más que segundos, sin pudrirse en el viento. Ningún camino condujo a sus ocupantes a más de cien metros del pueblo.
De nada sirvieron las oraciones conjuntas, ni los ruegos absolutos, ni los sacrificios con culpa.
Y es que cuando el miedo que acecha se pone en movimiento, la Fe simplemente deja de surtir su efecto.
Pronto el pánico atrajo a la ira, la ira sucumbió ante la demencia, la demencia desencadenó el espanto.

Corría el año 1408. En el pueblo alguna vez llamado blanco, las ceremonias ya no eran religiosas, y su culto era un misterioso secreto.

Mercader de epitafios

Embarradas sus botas, empapado su anhelo, dirigía sus pasos por caminos dispersos. Resguardaba memorias de vidas-invento, rescatando del agua ánimas sin tiempo. Edades dispares, delgados y obesos, colores y razas hinchadas de excesos. Por cada X un nombre, por cada pecado un siniestro, en cada húmedo murmullo un suspiro, y allí otra leyenda que le convidaba el río.
Dibujaba palabras sin brillo para cada uno de ellos. En cada tumba un misterio, de piedra, cruces y hierro. Sin aroma las flores, sin pastizal sus lechos. Apenas algunas fechas como regocijo de lo eterno. Reconocía las huellas que deja el agua en los cuerpos, mapas imperceptibles de un final sin alma ni velo. Abrigaba sus noches en ensombrecidos sueños, donde su nicho era fuego y su dolor, recuerdos.

domingo, 25 de diciembre de 2005

Ahi estabas diciendome todo lo que fui, procurando no dejar dentro ningún sentimiento olvidado, ninguna palabra sin el sentido exacto, ningún recuerdo sin el adjetivo preciso.
Ahí estabas sin notarlo, desnudando la unica verdad, de todas las mentiras disfrazadas, que necesitaba escuchar: durante tanto tiempo, tanto empeño, tanta lagrima... sólo supiste ver la superficie de mi.

¿Y lo demas? ¿El todo? ¿Lo real?
Eso, ya no vale la pena ni que te lo cuenten.

martes, 20 de diciembre de 2005

A veces...

es mejor saber que no, que nada, que ni ahi. a saber que a medias, que casi que quizás.

Ocaso de la memoria

No mueras buscando palabras en tu infinito vacío de niño // No destierres tu presente de hombre ante el vicio putrefacto de las analogías irreversibles // No engendres musas imberbes a tu futuro de ancestro paradigma. // Vive sin mente. // Lucha sin tinta.// Sé por ti y para nadie obcecación.

lunes, 19 de diciembre de 2005

Existir

Me fui borrando de a poco,
como sin querer pero queriendo
De tus ámbitos, tus amigos;
incluso de eso conocido que era menos tuyo y más mío.
Fui deshaciendo lo que te emparejaba,
como cura mas que remedio
Barrí las sombras, sacudí tus huellas;
incluso eliminé tus micro partículas escondidas en mis sueños,
que dejaste situadas por ego, y no por derecho.

Volví a dibujarme de a poco,
como sin querer pero a propósito
En mis ámbitos, mis amigos;
incluso en eso desconocido que se me antojaba sólo mío.
Fui emparejándome conmigo,
no como parche sino por hastío
Cocí mi sombra, perpetué mis huellas;
incluso reencontré las partículas que generaban mis sueños,
que olvidé por congoja, y no por deseo.

Una noche esfumé tu rostro
Un día perdí tu nombre
El domingo más melancólico,
lloré por lo que no fue sin figurarte en el centro.

Ayer encontré una foto,
tenía tus ojos, tu risa, tus miedos
Hablaba con tu timbre de voz y roncaba tus mismos sueños.
Pero yo no supe quien eras;
le resté importancia y la tiré en el cesto.

Hoy me desperté carente,
desayuné, caminé y viví como siempre…
pero no dejo de sentir que me falto,
que algo no soy, que ya no me sirvo;
que sin recuerdos me cuesta existir
y que me borro cada vez que respiro.

Incógnita

Mientras tanto no dejo de pensarte, de soñarte,
de imaginarte haciendo tal y cual cosa,
de imaginarme corriendo a vos para contarte cualquier pequeñez desmedida,
como el color que descubrí hoy en la pelusa de mi ombligo o lo bien que huelen las tardes al sol.
Mientras tanto no dejo de sufrirte,
en el ahora, en el ayer,
en el tiempo que se fue y puja descaradamente por regresar sin haber sido invitado,
quizá en secreto y de una manera muy tímida apenas anhelado.
Mientras tanto mi vida se desarma,
de a poco, de a mucho, de veras.
Descarada y atolondradamente, como si lo construido no valiera ni un pensamiento en frío,
ni una emoción en caliente, ni un malestar tibio.

¿Y qué queda en ese espacio entre el mientras y el tanto?
Casi nada,
sólo este gran y aturdido todo.

Prescindibles

¿Te acordás cuando salvarnos era vernos?

Eco

Mientras mi alma despega, proyecta, juega y se eleva; la tuya se inquieta.
En mi rostro el tiempo se expande, caminos se abren, el mundo se entrega. En el tuyo sin querer, todo se congela. Tus ojos cuestionan antes lo que tu lógica veda.
¿Como emprenderíamos el mismo destino con ilusiones opuestas, soñando aventuras adversas?

Es que si me dejaras amor, acompañarte hasta el fin del mundo sería mi mayor quimera.
Aunque el fin del mundo sólo fuera un hogar, un sillón, tus brazos y este cielo. Entonces te mostraría que es posible flotar sobre la tierra, y sería sólo el principio de nuestra expedición, y apenas el comienzo del vuelo.

Oda de un hombre lobo a las estrellas

Veneno es su madre para mi alma,
Hogar es su tumba en mi vergüenza,
Desgarro fantasmas en caninas pesadillas
mientras latidos humanos enmudecidos tiemblan...

En este sendero
que se ostenta virgen cada noche a mis sentidos.
Por esta sed
de rojo y espesor tibio en mi lengua.
Desde este sueño-infierno
que me sabe ajeno a un mundo empequeñecido ante mi fuerza.

A nadie más que a ellas puedo serle fiel
A nadie más que a ellas reconozco
en mi ceguera áurica que disfraza mi voraz esencia.

Damas de compañía de un coste invaluable
Vigías, cómplices, celadoras, centinelas, mudas y bellas serenas.

Aún cuando mi pelaje me embriaga, percibo su implacable presencia.
Aún cuando mis instintos despiertan, inclino mi cabeza ante ellas.

Ya que sé que mi condena
no es vivir obediente al mandato de su Matriz plateada
El desgarro lo lleva mi ferocidad
al ignorar el modo de sucumbir en conmovidas lagrimas
ante su lealtad extrema

Leyéndote

¿Es posible deleitarse al punto del éxtasis
con aquello que no se toca, que no se ve,
que sólo se oye cuando se lee hacia adentro
y con una voz que es la nuestra,
aunque la entonación pertenezca al autor
que le dio vida y cuerpo en letras?

¿Es posible que todo eso esté así,
tan al alcance de la mano y no,
tan distante una vida de otra,
una piel tibia de otra que arde al leer
con la seguridad del otro lado
que aísla los temores para bien o para mal
de ese compartirse, unirse,
fundirse en una entrega real?

¿Cuanto goce intelectual hace falta
para que el amor se despierte
comprometiendo lo que ya tatúa el alma
como destino familiar
en emociones danzantes que recorren los oídos
que escuchan con el pecho
cuando los demás sentidos
carecen de su instinto esencial?

A punto de tocarte…sutil escape…
me he mentido de todas las maneras posibles…
sin embargo caigo en esa difícil y cruel realidad:
enamorarme en cada lectura
y despecharme en el punto final.

lunes, 20 de diciembre de 2004

Prescindibles

¿Te acordás cuando salvarnos era vernos?

Insomnio

Del ser,
del sentir,
del saber,
del pensar,
del dormir...
Si la vida que se sueña, no es mas que ensueño de lo que se vive.
Si el despertar no es otra cosa, que seguir sonámbulo entre los espectros de los que caminan muertos, de los que respiran ecos, desaniman versos.
Si en tus manos no me arrullo, o en tus labios no revivo; si en tus ojos sólo duermo y en tu aplauso me desvivo.
Cuánto perdura la cordura del querer envejecer, del ansiar sin obtener, del soñar de parpados afuera.
Sin humedecer pupilas, sin apaciguar expiraciones, sin derretir piel contra arrugas de sabana, contra precipicios de distancia entre los dos.
Bordeando sombras y grises espesos de visiones nocturnas, de infiernos grandiosos, absurdos, pegajosos.
Cuando deje de intentarlo, cuando agote la espera y resigne la piedad; quizá en ese disminuir del mundo, en ese palpitar resuelto aunque extraviado, en la disconformidad palpable, en el merecer por callar o en la condena desierta
de un querer,
de un vivir,
de un saber.
Siendo un ser quimérico, liviano, ridículo; soñando desvelos de vidas para alcanzar un dormir de mortecinas mentiras.
Resucitando cadáveres escritos al pasar en madrugadas de tristeza plena que lo colma a uno con la impotencia de la carga inhóspita de la vida que se encarga, paradójicamente quizá, de refregar sus insultos más puros, aunque de pureza poco tenga su intención, cuando la respiración ya enclenque atina apenas a suspirar y se mete para adentro, navegando en la sangre hasta encontrar una mano precisa que se anime a ponerlo en papel, si acaso con suerte esto suceda antes que el cerebro, ese diminuto músculo que cada noche late con más animo que el desanimado corazón, explote y riegue la almohada, o el asiento del subte, o el plato de cena tibio, dejado a medio probar por el gusto del disgusto del hambre sin estómago del apetito voraz...

domingo, 19 de diciembre de 2004

Tan pequeña

Ayer me regalaron un "Palitos de la Selva" que decía lo siguiente:

LIBÉLULA: Puede volar hacia adelante, atrás, arriba, abajo y girar sobre si misma como un helicóptero.

Todavía estoy tratando de saber si el mundo intentó darme alguna señal con este mensaje.
Estos días no dejo de sentirme en pleno vuelo giratorio hacia todos los lados y hacia ninguno, me siento insignificante y frágil como ese lindo insecto anunciador de lluvias, y para colmo hoy amanecí con una tormenta desde el alma a los ojos que no puedo calmar.

Promesa

Cuando los latidos acaben y ya no resuene su eco; mientras mis ojos descansen del sabor del llanto; voy a respirar de nuevo y el aire será suficiente...
Es muy raro darse cuenta así de golpe y porrazo, cuanto mundo encierra una persona; cuanto de uno mismo que se lleva con el suyo y cuanto mundo propio queda aquí a medio construir.

Algo así

Acá estoy,
en este sitio donde todo se contamina con vos,
donde abrir los ojos
es chocar las pestañas contra tu mundo.

¿De qué sirve saberte tan de memoria
cuando vos apenas si querés espiarte?
¿De que vale sentir tan agudo
si ni siquiera te asomas a observarme?
ahora que estoy acá
tan vacía de otras voces,
tan desnuda de nieblas y falsas tempestades,
tan mí sin vos.
Tan mí que duele a la vista.

Acaso no quede más que abandonar
esa silueta delineada de palabra,
esas promesas dichas en voz baja,
esa constante sonrisa sin felicidad.
Sin hacer caso a la humedad que se amontone en mis ojos,
ni a cuanto se derramen mis huesos.


Porque acá donde estoy,
sobran remolinos dispuestos a despeinar,
sobran olas que salar y nubes para transformar.
Aca donde estoy,
hay más por ver sin tu opacidad que sufrir con tu brillo.

Y el camino después de todo
puede que resulte sencillo
un paso, el otro,
un salto y volar…
A sus pies quizá encuentre una razón sin corazón, pero si de zapatos se trata, entonces busque por debajo de los cantos de los sapos; que si son bellos no sé decirle con noción, pero que los hay de colores brillantes como lentejas... ¿o son moralejas esas? más bien me suena a gorrión. Será por la serenata de encuentros desmejorados, que trae de los más raros, bocados exagerados; lo que no asegura nada, sólo devuelve la incongruencia de que por este lateral, la marea crece como piloto sin freno. Y ante todo me temo que debería callar, ya que en silencios nocturnos mas vale pájaros diurnos, que cientos de insectos volando por azar. ¡Pero que me pesquen sin abrigo, si denoto más de lo que digo! mientras caigo en la inconsciencia de esta mísera presencia, que va perdiendo la esencia en la mezcla sin bozal.
En el lugar aquel donde nadie se encuentra ahora, se aproximaba cualquiera pendiente del encuentro con alguien. A su vez y de dos en dos fueron llegando varios, que sin quererlo ni desearlo, llenaron el lugar de muchos. Poco rato después, en el mismo lugar de entonces, uno esperaba al otro sin reconocerlo entre los demás. Finalmente ninguno logró dar con aquel, y bastante desilusionados ambos, decidieron irse a algún otro lado donde posiblemente, tampoco los esperase nadie.

Inocentes criminales

Jugábamos a torturarnos con pequeños detalles incoloros; picaduras de abejas le decíamos con simpatía. Un poco para pasar el tiempo, un poco para burlarnos de nosotros mismos. Sin quererlo fuimos filtrando reproches; algunas verdades calladas, varias mentiras inútiles. Un poco para romper lo monótono, un poco para sazonarlo de falsa malicia. Ante esto reaccionamos de modo diferente; a veces callábamos de golpe, otras llorábamos hacia adentro; aunque ninguno cambió las reglas, ni se atrevió a reemplazar el juego. Un poco porque no era tan importante, un poco por ser lo único que nos iba quedando. Y así un día los detalles se tiñeron de negro, las abejas mutaron a enjambre, los silencios fueron recurrentes, las lagrimas cotidianas. Sin embargo ninguno gritó en voz alta, ni abrió las heridas ante el otro, ni se alejó para siempre. Un poco porque ya no quedaba nada que salvar, un poco porque jugar, siempre es divertirse.
Uno a uno los temas iban trayendote a mi mente, a mi capricho, a mi piel... ojalá pudieramos rehacer espacios que no fueran más que eso, sin involucrar las almas, sin entorpecer recuerdos ni prolongar olvidos....
ojalá.
Fue raro... abrir los ojos a la par de una puerta cerrándose. Y así, con el último sueño todavía pegado a las pestañas - en el que paradójicamente estabas vos, caminando en una arena soleada con olor a mar - descubrir tu ausencia bajo mi abrazo y comprender que esos pasos cercanos que amortiguaban silencio, eran menos tuyos que los otros, que se alejaban en busca de un ascensor.
El salto fuera de la cama no sirvió de mucho, porque entre tanta ropa desmayada ninguna remera se hizo presente, y mis ganas de correr a regalarte un ultimo abrazo fueron matadas por la desnudez impúdica, poco apta para pasillos con vecinos.
Ante la frustración cansada, una camisa que seguramente no se dejó ver antes más por picardía que por maldad, asomó su manga y se dejó vestir. Llegué a la ventana confiando en que el tiempo pasaba igual que un caracol sin apuro - cálculos inútiles para una mente con algún retazo de sueño todavía enganchado.
Me encontré con tu diminuta figura ya cruzando la calle y te observé hasta perderte de vista.
Caminabas, silenciosamente para mis ojos tras el vidrio, como hacía un rato para mis ojos cerrados; bajo un cielo también soleado, sin olor a océano pero con la fragancia que trae el recuerdo de una caricia oportuna en una noche tierna, de viento sobre las sabanas y sueños algo despiertos.

Quizá fue mucho más raro... horas posteriores, ya sentada en el subte, sumida en esa interna mudez tan ruidosa para el resto que provoca la música pegada a los oídos, abrir el tan esperado cómic y leer la frase: "Es un sueño decís, No es un sueño responden".

Desarmando monstruos

Dispuesto a soportar en sus manos el peso de un corazón vivo, hundió en aquel impávido pecho la fuerza de sus años, hasta sentir la tibieza espesa de la sangre mortal recorrer su codo. La nueva víctima, incauta y bella como todas, esbozó un grito que acabó en débil gemido; tan dulce como el sabor de su néctar, degustado a besos tantas otras veces de sus labios; inmensos y carnosos pétalos que sobrecogidos ahora por el horror, se estremecían en un temblor imperceptible.
Más abajo, su mano cual garra latía al unísono del pequeño pedazo de ser, debatido entre la entrega absoluta y el incipiente desmayo. Dispuesto a perpetuar detalles, observó con frialdad la profundidad de sus hermosos ojos, fijos espejos que devolvieron la negrura de los suyos; y cerrando aún más los dedos, anticipó a su joven mártir el inevitable final. Ella contuvo el silencio en una bocanada muda que detuvo siglos, recorrió el tiempo; y ante su descomunal fragilidad, lo vió crecer sin medida hasta cubrirla por entero, cuando con el seco movimiento de su miembro, acabó de un solo tirón con su encarnizado sufrimiento.
Inerte ante su asesino, el patético cuerpo vacío de sueños se desplomó a sus pies; más sus rostros se encontraron breves instantes que le valieron lo eterno. En él entonces sucumbió la sorpresa al notar en su celestial gesto, el principio de una sonrisa que destellaba calma, revelación, entendimiento; y sin preverlo siquiera, la humedad de una novata lágrima rodó en su mejilla pétrea para caer al fin, junto a su ahora tan perfecto como inservible, objeto de deseo.

Triste reflexión

Lo posible, lo irremediable, los por qué, para qué, hasta cuando, desde dónde, si vos... si yo... si nosotros...
Hoy todo se resume en poder mirarse hacia adentro, espiarse en serio y saber que por mas duro que resulte, lo que no se siente bien, es mejor dejarlo en los momentos felices que asesinarlo en el camino de las forzadas posibilidades.

Hueco

Ayer me di cuenta que el vacío en el pecho tiene un intenso calor que congela.

Hoy

un punto
el más pequeño y difuso de todos
el más vació de ser, desbordado de sentir
un espacio ocupado por la nada, la nada colmada del todo,
de los todos que fueron y hubieran de ser
la nada que no explica ni concede mas que aire viciado y denso,
que ahoga, ahorca, presiona certera hasta ejercer su pesadez,
tan liviana de tacto, tan impune en su aplastar.
un punto perdido en una nada. Una nada que se forma en un punto.
Y el todo lo desborda, lo sacude, lo exprime, suprime, comprime.
¡Cuán inmenso lugar para tan ínfimo existir!
tan perdido,
tan frágil,
tan sin.
un punto a mitad de una oración sin concluir
un “y a parte” resistiéndose escribir.

viernes, 19 de marzo de 2004

Eso que tanto me aturde, que me pincha, me tropieza, me embelesa sin aviso, se entromete sin permiso, me destornilla el piso y se cambia de lugar.
Lo mismo que me remonta, que me envuelve de frescura, me alimenta, me envenena, me ensordece, me doblega; que me obliga a suplicar.
Eso que no controlo, que lo ignoro y se enardece, que lo mato pero crece; que me colma sin piedad.
Eso que hoy me carcome, me arrasa, me cachetea, me empuja, hasta me marea y me vuelve a acomodar.
Eso que ya tiene nombre, aunque no lo reconozca, aunque lo diga en voz baja, aunque ahora que lo pruebo sólo pueda pedir más.

sábado, 20 de diciembre de 2003

Versátil como pocos se contuvo de olvidar para entregarse a una espera que pronto acabó de empezar; viviendo de una manera, tan tonta como moderna, tan pulcra como devenga, unos y otros los demás.

Un comienzo a medio empezar

Se despertó como quien se cae de un árbol : ¡PUM! hizo contra la almohada su ojo derecho y ¡PAF! el izquierdo. Sin embargo su cuerpo seguía participando despreocupado en sus sueños.

viernes, 19 de diciembre de 2003

Descubrir a través de tus ojos
los mismos que antaño morían en los míos
tan deliciosamente hoy perdidos en otros;
el sabor que deja la ausencia,
el vacío que produce el olvido.
Y a pesar de unos labios que ya no desviven la misma boca,
sin tacto para unas manos distintas de piel y hueso,
mi corazón hace eco frente al vacío de un grito,
al escuchar las palabras,
meras copias quizá,
de las que alguna vez arrullaron mis sueños.
Polillas de la idiotez dejan huecos enormes sin detenerse a ver, que no hay enmienda probable ni costura razonable, cuando se trata de un alguien que ya se fue.

Noche sin luna

Instintivamente arropó su cuerpo, como lo hacía cada noche durante los últimos tres años; los más felices de su vida, los más penosos a partir de las próximas horas. Besó su frente aun tibia, acomodando su delicada cabeza sobre la almohada de esterilizada blancura.
El agudo dolor que le producía respirar, no hacía mérito de su sufrimiento. Ni un solo pensamiento concreto lograba arrancar su mente y a cambio, lo colmaba el más absoluto vacío, el mismo que desde su nacimiento le habían producido sus mayores temores, vueltos realidad segundos antes.
Se incorporó cautelosamente, cuidando de que nada perturbase el celoso silencio que los envolvía, y observándola por última vez dormir ese sueño de ángeles, se percató de lo que más extrañaría. Ni las cosquillas que le causaba a su sangre el sonido de su risa, ni la suavidad de sus inquietas manitos al acariciar su rostro, ni siquiera el aroma a porvenir que desprendían sus cabellos; no, lo que más lo atormentaba, era la certeza de que su niña de los ojos de la luna, jamás volvería a iluminar su alma con ellos.

Diálogos muertos

Apartó su extasiado cuerpo de su lado para dejarlo caer en el remolino de sabanas; la rojiza melena enredada entibiaba aun su rostro, confundiendo apenas el gusto a libertad conquistado segundos antes. La respiración se hizo espaciada cada vez, hasta recobrar su temida normalidad.
Ella abrió sus ojos y otros la encontraron. Meros espejismos... la única presencia real en la habitación fue su odiada distancia. Consciente de la innecesidad de palabras hasta el alba, dió media vuelta, y se obligó a dormir.

El idioma de los muertos

Disfrazaban sus mejillas un débil tono rosado, que intentaba con ingenuidad ocultar sus heladas arrugas; tampoco servían de nada sus mejores galas sin algún vals para lucirlas; y tan ridículas resultaban las confortables sábanas de satén, desperdiciadas en sus tiesas espaldas. Al menos todavía compartían la misma habitación, aunque ya no la misma almohada. Inútil ritual que obliga a los amantes a descansar en camas separadas.
“Quizá en el cielo, un funeral sea una boda para los ángeles” pensó su nieta mayor, esbozando una aliviada sonrisa.

Desbaratando monstruos

Era cuestión de taparse hasta la nariz y estarse bien quieta para que ellos no la descubran.
Era cuestión de acostumbrarse a lo negro y a ese millar de puntitos que se ingeniaban figuras irreales en los ojos.
Era cuestión de olvidarse del armario, del debajo de la cama, del detrás de la ventana.
Era cuestión de no inventarle formas a la ropa ni a los juguetes desparramados por la habitación.
Era cuestión entonces, de cerrar bien fuerte los ojos y aguantar lo suficiente, cuidando el silencio con mucho empeño para que éste, no despierte a los ruidos que atraían los horrores de la imaginación.
Era cuestión de poco tiempo, minutos apenas para que esa tan temida oscuridad se disolviera con el primer sueño.
Era cuestión de crecer, pero eso estaba lejos todavía y además, un nuevo pensamiento la perturbaba el doble: ¿Acaso los monstruos no crecen también?

Observándote de lejos

A veces cuando hablás, me parece soy sordo; ni en tus labios percibo movimiento, más bien son tus ojos, espejos de realidad que devuelven el reflejo de los otros, de todos nosotros.
Por qué será cosa tan natural robarle ilusiones a tu mundo, creadora nata de quimeras y dragones de papel.
Te escucharán acaso los dioses cuando rezas, predicando mordiscos de fantasía en esta cruda urbanidad.
Y es que resulta tan fácil descansar el peso en tus hombros, abrigar el alma bajo tu ala y hasta robar tus sueños para vivirlos de a ratos.

Pero cuanto pesar propio soporta un corazón, antes de desplomarse para siempre...

Desbordada un día del egoísmo humano, llegarás al único triste consentimiento: En un mundo de cobardes, los valientes mueren solos.

viernes, 20 de diciembre de 2002

Lo que lastima no es tu mirar indiferente, ni tu despreocupado hablar, ni tu perplejidad ante mis lágrimas.
Lo que mata es tu inconciencia.

jueves, 19 de diciembre de 2002

Particular emblema aquel que delata los errores de los héroes, convocando a los idiotas a creer en obsoletas oraciones divinas; sin embargo nada amarga más a un loco que un poeta sin vino, rogando ser elegido de una leyenda viciada de ineptitudes robadas. Vulgaridades, puede que haya en demasía, cuando todo lo que se toca se vuelve reacio a tomar compostura, sumido en una conjunción del todo adversa al oponente que se pretende, en un lúdico aspirar de requisitos amorfos. ¿Acaso no se comprende semejante alegoría merecedora de un día sin estornudos ni ocasos? ¡Pucha! debe ser este faso, que aleja mis elocuencias transformando las carencias en vástagos de pureza. Ya lo dijo el tío Sancho, y ha de tener la razón. Lo quiera que signifique, porque lo que es yo, lo aprendí de memoria anoche de tanto prestar oreja, tras la puerta de la reja de la pieza de una mesa, con zozobra de aquella, vaya a saber de dónde.
A medida que mi alma se ensancha, mi cuerpo se vuelve suspiro; puedo sentir empequeñecer ante tu abrazo y ser hormiga de cerezos, mariposa de lirios, fragilidad y credo...

miércoles, 22 de mayo de 2002

¿Qué mas podía hacer que aferrar en un puño el corazón y obligarse silenciosamente a respirar? ¿Sería consciente del filo de sus palabras?¿notaria el desgarro del alma, a pesar de su inútil esfuerzo por permanecer entera? ¿Que justicia se tomaría en cuenta en este delito tan dulcemente cruel, tan destructivamente comprensible? ¿Acaso llegaría a soportar su mirada hasta el acabar de su letal monólogo?
Y entonces lo advirtió - sumida como estaba en su temblor interno - divisó con claridad los trozos cayendo uno a uno en el vació de su pecho. Pudo escuchar el eco que dejaban a su paso, junto al estruendoso golpe de una puerta al cerrarse; la misma puerta de posibilidades que apenas horas atrás, colmaba de aire fresco su renovado universo.
El obvio impulso de echar a correr la hizo imaginar haciéndolo, pero en círculos enfermizos que solo enardecían su agonía. Aguantó; perpleja ante sus palabras inútiles todo lo que le fue posible.
Pero cuando el nudo se desató en su garganta, y el deseo de gritar furiosamente se tornó real: sus ojos - los de él - vomitaron piadosas lágrimas de inconmensurable tristeza.

Fue en ese momento que entendió que la frustración era mutua, solo que él, sabia mentir mejor que ambos...

jueves, 20 de diciembre de 2001

Pláticas vacías

Multitud de pensamientos inundan mi mente deshaciendose en particulas volatiles que nublan los sentidos. Ya no puedo escuchar lo que decis, mucho menos entenderte. Sin notarlo, me aleje kilometros de tu lado, y ahora al intentar mirarte, solo encuentro a una diminuta esfera que se mueve y gesticula. Muy lejos, demasiado de mi y mis pensamientos.
La realidad es, que no me preocupa demasiado lo que pueda perderme; mi concentración se centra en atrapantes imagenes y palabras flotando en mi interior. Sin embargo roe mis oidos el remordimiento; no te das cuenta de nada y continuas tus explicaciones, confiando en mi absoluta atención.

Si supieras que perdí el hilo hace rato y el carril lo expulsé unos metros...

miércoles, 19 de diciembre de 2001

"Profundicemos suspiros hasta ahogarnos del sentir, hasta arremolinarnos sin tiempo, hasta quizá morir.
¿Acaso no vale la pena por un instante de paz, amortizarnos las penas en un intenso mirar?"
Hoy solo soy hoy, con un poquito quizá de mañana, y colmada y desbordante del ayer...

martes, 19 de diciembre de 2000

Arrebatadores los emblemas de tu piel, que intoxican mis sentidos obligándolos a ser, lo que se habían prohibido, lo que no recuerdan bien, lo que añoran con locura, más no saben retener

Sin querer

Y llegué en un esqueleto de verdades
para contarte las mentiras más maravillosas.

Y te envolví con un paño de felpa,
para suavizar tus dolores;
y lo enrosqué,
y lo ajusté...
y estabas tan confortable
que no advertí cuando dejaste de respirar.

Antojo

Quiero probar una vez
que se siente no sentir...
Quiero mirar sin ver,
y dejar que el tiempo escape
sin notar su movimiento

Quiero caer por fin
a ese sueño de los muertos,
sin transitar el momento

lunes, 20 de diciembre de 1999

Despojados de unos besos que entibiaban almas, arrancados del sabor de saberse imprescindibles, este amargo desarraigo que rechaza todo acercamiento, aunque de sinceridad se trate y de confusión se nublen los ojos
¿Acaso mi corazón te amó más que mi juicio y es él quien reclama a gritos por tu ausencia? Acaso nada duela mas profundo que el olvido, o el vacío de los sueños no me baste para vida.

domingo, 19 de diciembre de 1999

...Y bajo el manto de la noche corrió hacia el vacío,
y cayó sin pensarlo en el espacio sideral de sus lagunas mentales;
y nadó, y pescó, y se ahogó en el remolino de sus pensamientos,
y se trepó a una palabra para dejarse llevar por la corriente.

Y tuvo miedo, y sintió frío,
y creyó estar sola, y lloró.

Pero un eco nublaba sus oídos, entonces no pudo más que correr,
y otra vez se enfrentó a su sangre, y otra vez se dejó fluír.
Y anduvo así varios días:
durmió lo que pudo, soño lo que encontró más a mano;
y creció, y conoció su entorno,
y divisó su silueta y llegó a alcanzarla.
Y se escapó, rodó, gritó, golpeó y rió;
y pensando que seguía sola entonces murió.

lunes, 31 de mayo de 1999

No me busques tras la niebla de tus ojos
que dejaron en el tiempo las respuestas,
no confundas mi universo en tus memorias
ni arrincones tu belleza en el desierto

Ya que el día se nos muestra sin tabúes,
ya que Dios se ha convertido en lo que somos
Y el pensarnos prisioneros de esta historia,
es matar a nuestra esencia de impostores.

¡Y que vengan las tormentas y rencores!
¡Y que lluevan de tu alma las visiones!
Porque el mundo ya ha sellado nuestro encuentro,
y el destino no se encarga de ilusiones.

domingo, 20 de diciembre de 1998

Aquí hoy, felicidad, plenitud
estupidez amarga, opacidad sin piel
Así porque si, con la insolencia de los imprevistos
y la idiotez de los inocentes
El sinsabor, el no se qué...
Así porque si, acomodado en el eco del ayer
restando carcajadas de un ahora sin plenitud ni lucidez
Mastico, trago, silbo y espío
una salida y un otra vez.

Payada

Mienten quizá mis ojos,
al humedecerse con tal despecho;
o es así su derecho
por haber sufrido tanto,
que como remedio, el llanto
es su único consuelo

Desnudez

Ya no miento,
ya no oculto,
ya me muestro;
pero sólo a este momento,
al sonido de los ecos.
Ya me duermo,
ya me hundo,
ya me entierro.
Soñándote muy despacio
como en un júbilo eterno
que no consume lo etéreo
más bien lo deja flotar.

Mintiéndote desde el aire
para despeinar tu vuelo
y hacerlo algo más ameno
condimentado sin sal