jueves, 4 de febrero de 2010

Cronológicamente hablando...

Al principio me guiaba por las casas. Dependiendo donde había habitado, calculaba fácilmente el año aproximado del momento a recordar. Después, como para intentar algo más de precisión, sumé el dato de novio, pareja o circunstancia de estado emocional. Cosa que complejizó un poco más la ecuación ya que necesitaba indefectiblemente volver a combinar el lugar físico para saber el nombre del muchacho en cuestión.
Para acabar con esto, se me ocurrió unirle los trabajos que tuve. Pero el resultado fue una verdadera ensalada circunstancial, ya que entre la variedad de mudanzas, corazones rotos y amplitud de desempeños laborales, la regla de tres simple se fue derecho a la compuesta.
Fue en ese momento cuando intenté retomar la fuente de la suma con los dedos, pero sin querer se me colaban los ítems antes adquiridos, la fuerza de la costumbre supongo…
“Nací en el 77, preescolar a los 5, siete grados sin repetir + cinco de secundario, llego al ’94 donde empiezo la UBA ¿o fue en el 95? Porque cuando me puse de novia ya estaba cursando ¿o fue en las vacaciones? igual duré dos años, pero ya vivía sola y el alquiler también fue de dos años y me mudé después de separarme… cuando estaba a full con el segundo laburo, ese que tenía cuando retomé la carrera en el otro lado, que fue cuando conocí a Juan, pero igual fuimos amigos bastante antes de ponernos de novios… un año creo… fue unos meses antes de irme a vivir a Palermo, pero ya trabajaba en la revista nueva..."
En definitiva, después de varios intentos y fracasos, además de reconocer que la matemática y yo nunca nos llevamos bien, tengo que aceptar que mi línea cronológica dista mucho de ser tan clara y exacta como la del manual kapeluz.

Aunque si se parece mucho a los cuadros sinópticos indescifrables que hacía la profe de historia de 3er año. Que fue cuando vivíamos en la casa frente a la plaza, pero ya estaba haciendo teatro en el cultural, porque ahí conocí a Gaby, aunque antes nos mudamos al barrio donde trabajé de vendedora…

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