lunes, 20 de octubre de 2008

La muerte como una tragedia. Como una imagen impactante. Como una realidad siniestra. La muerte como una lejanía de recuerdos vívidos sin gramo de sentimiento. Rechazo hacia lo burdo de una vida que se antojó burda incluso en la muerte. Y un ciclo. Un cerrar algo que esta latiendo, que estuvo latente, que ya no late. Sensación de despojo de algo que no se siente como propio en ningún punto, bajo ninguna apariencia, pero está. Y algo más está, esa lista de otros que pasaron ya, sin dejo burdo ni falso sentir, que transmiten aun hoy el dolor de su ausencia, la necesidad del tiempo insuficiente. Quizá en otro lado, al otro lado, por otro lado. Quizá en ese otro lugar, la tragedia sea como la muerte.

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