miércoles, 20 de diciembre de 2006

Señales, llamados, gritos
Todo infiere en este universo que nos unió
por el placer de vernos separados

no somos los mismos, casi si, casi no

Matices para un encuentro

Poder mirarte así, con la sonrisa latiendo en todo el cuerpo
con el placer de ver sin nebulosas en los parpados
ni armaduras en la sangre.

Respirarte liviano, tibio, cotidiano
Aspirando de rincón a molécula de este hoy soleado
Exhalando el peso que voló con la segunda tormenta
Después de tu cuerpo, tu infierno, tu mente
Y tantas otras vidas, cenizas,
cambio de pieles.

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